miércoles, 26 de marzo de 2014

#93 Llegar a Florencia

Viajar en un tren que sube a 243km/h y hace que se te tapen los oídos es algo inigualable.  Ni hablar los paisajes que se vislumbran entrando en la Toscana.
Bajarte de un tren en una estación que nunca viste, en una ciudad que jamás pisaste cuando tampoco tenes un mapa para ubicarte (más allá de la buena volutad del gps de la tablet) es un nerviosismo rara vez antes percibido.
Lo cierto es que me bajé,  segura de que había cargado en el mapa la dirección del hostel, y me dispuse a salir de la estación. Eran algo así como 13.30 y sabía que caminar la distancia iba a llevarme esa media hora que me quedaba para hacer el check in.
Las calles de Firenze, se abrieron sublimes ante mis ojos. Era domingo y me sorprendió la cantidad de gente. Bueno, en realidad me sorprendió la gente en sí.
Cada callecita se abría divina con una arquitectura de sueño. Los negocios eran extraordinarios,  las vidrieras perfectas, la gente elegantisima. Atravesé una plaza que se extendió inmensa frente a mi. Con mi valija que pesaba una enormidad, una mochila que me partía la espalda, un calor super pesado que se incrementaba por las 2 camperas que llevaba puestas y un empedrado furioso que dificultaba cualquier intención de recorrer las calles con facilidad. Ahí estaba yo. En el medio de Florencia, como un burro de carga y una inmensa sonrisa en la cara porque mis ojos no dejaban de decir... "pudiste salir del aeropuerto,  pudiste salir de Roma, estas en Florencia y solo resta llegar al hostel y listo".

Florencia te enamora a primera vista. Que cosa mas paradójica...

Cuando por fin encontré la calle del hostel, comencé a buscar la numeración que para mi sorpresa se extiende de una manera rarisima, no como en Baires (par-impar y ordenadamente).

Vía Corso 13. Llegué.
Hay una farmacia.
Cerrada, para colmo.

Mi cara de desesperación debe haber sido épica.

Que no cunda el pánico. Esta numeración rara debe ser la explicación. Crucé de vereda y entré a una cafetería de esas al paso para preguntar en un precario italo-ingl-español sobre este misterio que se abría frente a mi.
Resulta que la calle era Vía Corso Italia 13. Y como era de esperar no la conocían. Con una amabilidad inmensa (o producto de mi cara de pánico,  mientras se me caían los mapas, la tablet, las camperas) la gente de ahi me brindo un mapa y buscaron donde era.

Obvio, que era en la otra punta. Obvio que era super cerca de la estación del tren y era obvio que era super fácil llegar, si hubiera notado la sutil diferencia del nombre.
Cuando a una cuadra de distancia vi el cartel del nombre del hostel, fue una tranquilidad inmensa que duro hasta que me abrieron la puerta y descubrí que tenía que subir 2 pisos por la escalera con la "odiosa valija" (este momento épico lo llevaré luego en mi piel hasta Barcelona en forma de moretones inmensos en el brazo derecho).
La tranquilidad que te causa llegar al hostel es similar a esos días de mierda en el trabajo, donde lo único que uno desea es llegar a su casa y meterse a la cama.

Pero uno esta de viaje. Y perder tiempo no es una opción viable cuando los ojos se te saltan por ver todo lo que hay un algún lugar. Así que, sin estudiar siquiera el mapa, acomodé un poco todo y salí a recorrer sin el peso extra todo lo que había visto mientras me había perdido.

jueves, 20 de marzo de 2014

#92 Roma, las ruinas y la despedida

Mientras hago la fila para entrar a la Galería degli Uffizi en Florencia, siendo las 8.25am y viendo que seguro voy a estar un largo rato acá... voy a contar un poco como terminó la estadía en Roma.
El segundo día decidí ir al Coliseo y hacer todo lo que fuera posible caminando, ya que era mi último día. Pero antes tenía que resolver que hacer... dónde iba a seguir mi viaje.
Necesitaba un medio de transporte y un hostel. Por la proximidad de la fecha, los precios de tren habían subido y tal vez mi ignorancia y desesperación me hizo comprar el único ticket que encontré a Florencia. Asi qué luego de desayunar, comprar mi primer ticket de tren con muchisimo pánico salí para el Coliseo. En Roma las "atracciones" están cerca unas de otras, por lo que se puede caminar de acá para allá y llegar a todos lados.
Cuando llegué, se me hizo impresionante de creer que el Coliseo es, efectivamente el Coliseo. Entrar y ver su antigüedad y que este ahí en pie parece un sin sentido. ¿cuánta gente importante ha pasado por ahí? ¿cuantos cosas se habrán hecho allí? Y ahí estaba yo (con un millón de turistas -siempre desesperados por la foto-). Es difícil de explicar lo que te pasa cuando ves cosas tan antiguas. Rocas, mármoles escritos con la OFICIAL tipografía romana. Mi diseñadora se retorcía de felicidad tocando esas huellas. Era el comienzo de todo lo que tenemos hoy!.
El Coliseo se recorre rápido si vas por tu cuenta. Pero sumado a eso habia una muestra acerca de la escritura y la biblioteca donde finalmente me termine de desmayar al encontrar pigmentos, resinas, chapas donde se imprimía y tabulas rasas (historia I ao vivo!).
Un sueño.

Cuando salí de ahí, fui al foro romano y los palatinos. (Todo esta incluido en la misma entrada del Coliseo y sale unos €12.
El Foro y los palatinos son un montón de ruinas (algunas mas impresionantes que otras) que si no tomas alguna guía o lees muchísimo antes de ir no vas a entender nada.
Es hermoso, antiguo, pero cuando son las 3 de la tarde tenes hambre, sed y estas cansada de caminar.. son todas ruinas exactamente iguales. Alucinantes eso si, sumado que el lugar te permite ir y hacer lo q se te canta como comerte un sandwich arriba de alguna columna milenaria.

Ni hablar la sed que tenía, estaba deshidratada y ahí dentro no vendían nada.. solo esas fuentes donde veía que todo la gente cargaban sus botellitas y yo (sin botellita hasta el momento) tomaba como un perro sediento!.
Sumado a que cuando quise salir, no encontraba la salida por ninguna parte. Empezandose a convertir en una pesadilla jejeje.

Cuando salí me compré el agua mas cara de toda Italia (pero no importa porque aca el agua es re potable y todo el mundo me dijo "compras una botella y después la recargas".)
Ahí cerca, hay muchas ruinas más y miles de cosas bellas no tan antiguas sino casas,  calles, rincones... seguir a la multitud siempre te lleva a alguna parte linda.
Asi fue llegar a la Fontana di Trevi. Calles pequeñísimas que tenían mil y un cosas atractivas y de golpe... ahi apareció. Las calles se expanden y aparece la multidad... el murmullo de la gente que se mezcla con los vendedores.
Explicar lo hermoso de cada una de estas cosas esta de más,las fotos hablan por si solas aunque no le hacen justicia a la belleza del lugar.
No se puede creer que todo lo que uno ve fue hecho por el hombre, que alguien es capaz de crear algo tan hermoso y lleno de detalles.
Ese día, luego de caminar muchísimo (tiré monedas en la Fontana por todos y recorrí mil lugares mas!! ) volví al hostel exhausta y un poco sensible.

Decidir sobre la marcha me estresa mucho... por momentos me arrepiento y quiero pegar la vuelta... en otros momentos me siento como en casa....
A la mañana siguiente fui a tomar el tren y como soy precavida ( = cagona) llegué una hora antes aún sabiendo que acá las cosas funcionan muy bien y a horario...

El tren de alta velocidad es de lujo y en una hora y media estaba en Florencia... lista para arrancar otra vez de cero...

domingo, 16 de marzo de 2014

#91 Roma: día 1 - Vaticano y demás

Mientras escribo voy camino a Florencia o Firenze o Florence. Entre los 3 idiomas uno se vuelve un poco reiterativo. Antes de hablar de mis días en Roma,  mención especial a lo fantástico que es el tren y su estación.  Nada parecido a Argentina (aunque eso no es ninguna novedad) HAY WIFI EN EL TREN! Pago eso sí,  pero es impresionante... ni hablar a la velocidad que se mueve... picos de 243 km/h. Algo me parecía que pasaba cuando se me taparon los oídos...
(Capítulo aparte merecen los paisajes desde el tren! )

Pero bueno, Roma! Dos días no alcanzan. Es inmenso y pequeña a la vez, cada giro que das te encontrás con algo mítico.
Por momentos ni hace falta mirar el mapa, simplemente seguís la manada de gente y ahí hay una atracción.
Algunos me castigarán, pero Roma es lo primero que veo de Europa y me pareció un parque de diversiones para adultos. Todo esta acondicionado para los turistas. TODO. Es imposible equivocarse mucho. Tal vez si te alejas un poco del centro, sea posible.. yo no hice a tiempo. Me moví como la masa de gente.

Cuando el viernes me mudé de habitación,  me encontré con unos simpáticos compañeros: Barbi y Caro primas argentinas, aunque Barbi vive hace años en España,  y Justin de L.A, California,  que estaba de intercambio en Alemania y vino a pasear por Roma ya que estudia religiones.
En el desayuno encontré mucha gente argentina, mexicana, alemanes... muchos ya volvían y Roma era su último punto.
Asi que luego de desayunar me colé con Barbi y Caro en su visita al Vaticano, aunque luego nos separamos.

Asi que el primer día me encontré a las 10 de la mañana en el Vaticano luego de haber tomado el Metro (bah, el subte).
Sin saber, me puse en una fila y terminé entrando sola a la Basílica de San Pietro. Decir que es inmensa e imponente sería obvio, pero es así.

Lo primero q me pasó, es que me chocó ver tanta gente metida en su mundillo sacando fotos a todo sin saber (igual que hacia yo, ojo!) y sin darse cuenta lo que estaban mirando realmente.
Es extraño,  un lugar religioso, de tanta historia minado de tours, grupos de guías, colegios y gente sacando fotos, filmando todo al mismo tiempo. Resulta un tanto confuso.
Las estatuas son todo, es fascinante pensar que de una roca hicieron algo tan asombroso. Los techos también, no podía dejar de mirar hacia arriba!!
El lujo no fue algo que me abrume, sino los detalles de los pisos, esculturas y obras.
En un momento entré a una sala donde solo permitían entrar a orar. Oré a mi modo, con mis palabras y me puse a llorar en un correcto silencio. Pensar en la gente que allá en Buenos Aires esta pendiente, familia y amigos... y también en quienes no están ya conmigo. ¿Qué diría mi abuela Chola si viera hasta dónde llegué? Seguro que por ella si hubiera comprado un rosario carisimo solo porque decía "Vaticano". O mi abuelo, que no hace tanto que falleció y aun siento que lo tengo a mi lado.
Cuando salí de la basílica habían pasado casi 2 horas! Y ahí decidí ir hacia los museos del Vaticano.

De camino hay mucha gente ofreciéndote tours y demás. Así conocí a Nayan. El también vendía visitas guiadas sin fila en español por el Vaticano,  pero por alguna razón (que aun no sabíamos) nos caímos bien mutuamente de inmediato. Nayan es de Bangladesh,  pero vive en Roma. Es un artista (actor, cantante y coreografo) y de piscis como yo. Luego de rebajarme €10 la entrada... me invitó un capuccino en un bar y charlamos hasta que arrancó mi tour.
En el tour había una pareja argentina, peruanos y venezolanos. El recorrido por los museos del Vaticano es imposible de hacer en un día. Hay muchisimos museos dentro y todos son alucinantes. Lo más increíble fueron las esculturas romanas y la capilla sixtina. Todo es inmenso y la historia de cada cosa es imposible de conocer de hacerlo solo.. asi que aunque la guía fue algo caro, resulto positivo porque podía preguntarle todo lo que se me ocurría y entender. Hay muchas historias.
Miguel Angel y su escultura "La piedad" que tan solo tenía 23 años al hacerla y es su única escultura firmada, o su capilla sixtina la cual pintó sin ayuda y tiene tanta historia.

El recorrido terminó de nuevo en San Pietro y ahí visité las tumbas de los papas. A todo esto ya eran las 4 y pico de la tarde y mi mochila había quedado al comienzo del museo en la otra punta del Vaticano. Casi me quedo seca cuando volví que la entrada y la puerta del museo estaban cerradas!! Por suerte son gente del primer mundo y organizada, asi que recuperé fácilmente todo...

Estaba sin comer desde la mañana,  asi que siendo las 5, fui a tomar un gelatto a un lugar que me había recomendado Nayar. Había cola!! Y por €2,50 me tomé un helado muy grande de 3 sabores (chocolate, frutilla y vainilla) y crema arriba. Mmm exquisito!
Caminando despacito y mirando vidrieras me fui camino al metro para empender la vuelta. Anochece temprano en Roma y no quería volver tarde porque no sabía si me iba a acordar donde estaba el hostel jajaja.
Pero decidí bajarme una estación antes solo para medir las distancias que aun no comprendía bien.

Y me encontré con la Plaza de la República y la Iglesia Santa María degli Angeli e dei Martiri. Todo muy lindo y encima estaba muy cerca una estación de otra... asi que me dí cuenta que todo estaba realmente cerca.
Llegué al hotel aunque creía que no lo iba a encontrar y para rematar el día, rompí la llave del hostel! Por suerte, Víctor (el encargado del hostel), no me asesinó jajaja...

Luego terminamos cenando todos juntos en una resto un menú que no pudimos terminar... primer plato fideos (muchísimo más ricos que los Don Vicente!) y una milanesa (cottoleta!) con papas... todo para reventar...

jueves, 13 de marzo de 2014

#90 Irse

Hubo un momento en que comencé a planear esta opción de irme de viaje a Europa. La posibilidad de ir acompañada y hacer el viaje que deseaba era complicada. Un día en un ataque de valentía (de esos que me agarran cada tanto) dije, "me voy sola!".
Y empecé a soñar con ciudades que habia visto en peliculas y libros.  Ciudades que parece que solo existen en la imaginación, porqur uno vive metido en Baires y se despierta va a trabajar y vuelve, cada tanto hace una salida y rara vez se detiene a mirar su ciudad natal.
Me enamoré de la idea de irme a lo valiente por el mundo, aunque ni siquiera podia imaginarme haciéndolo.
Casi obligándome,  compré un pasaje a Roma. Como si fuera algo que hacia contra mi voluntad. Porque claro, mi voluntad tenia miedo (tiene miedo) y decia "mejor quedateeee..". Una vez con el ticket de avión ya no había vuelta atrás para mi. Soy obstinada y sé que cuando arrancó algo no paro.
Ayer a la noche tomé un avión con destino a Roma, pero rumbo indefinido. Con pánico y temblequeo , me despedí de todos y abordé sola.

Sola.
El viaje fue ameno, sin haber llegado a Roma conocí a Jean Pierre un argentino que  vino por trabajo y fue un excelente compañero. Nos reímos de la suerte que tuvimos sobre estar sentados justo al lado de los bebés y de la azafata maleducada que nos atendió todo el vuelo.

Dormí lo que pude, comí todo lo que me sirvieron (menos una magdalena q sera mi cena hoy).

Cuando el avión comenzó a llegar a destino y aparecio Italia bajo mis ojos, la emoción se apoderó de mi. Europa, acá estaaas!!

Y yo que seguía sin poder creerlo. (Sigo).

Italia con montañas,  arriba y abajo y pueblos construidos una casa encima de otra. Ni había bajado del avión y ya estaba emocionada.

Después de migraciones y la valija.. la señaletica -perfectamente indicada- me mostro el camino hacia mi bus.

Y ahi ya no hablé mas. En mi cabeza lo único q decia era "estas en Roma!! En Europa!! T das cuenta???" Y no, no me doy cuenta.

Cómo si conociera todo y no fuera mi primera vez sola en el mundo.

Llegué a la Termini con un poco de incertidumbre. Hay que decir que Google maps y su 360 me habían dado una buena idea de hacia donde caminar pero todo el tiempo mientras mi cuerpo se movia con seguridad,  mi mente repetía asombrada "estas en roma, estas cruzando una calle en roma, estas caminando por roma".

Llegar al hotel y que te cambien de sucursal y que esta primer noche duerma sola en esta habitación helada! Es un buen comienzo. Hoy necesito descansar.. lo poco que vi en el bus desde Fiumicino hasta el hostel fue asombroso. Cada ladrillo parece que tiene una historia....

Y ahora estoy acá, sola... decidiendo que hago después. Si empiezo a ver algo de por donde sigo o espero a ver mañana con quien me encuentro.
Me voy a bañar? O mañana? Estoy tímida aun. El idioma me confunde y tal vez sea porque todavia me zumban los oidos del avion, pero no entendi casi nada de la gente oi hablar en tano...

Veremos que sucede mañana... :)