28/12/2013
Nunca vas a saber que lloré. Puede que te lo imagines, que sospeches, que incluso hayas actuado en búsqueda de tal evento, pero nunca voy a confesar que esta mañana lloré.Porque me quede despierta esperando tu llamada... y aún cuando todas las probabilidades son nulas, mi corazón sigue encontrando cierta calma y confianza de que vamos a vernos. No sé de donde sale esta certeza. Tal vez tenga la mente confundida.
Pero hoy, despierta toda la noche aguardando tu llamado, me di cuenta como un HOMBRE con todas las letras, puede optar por convertirse en un infeliz sin siquiera mediar palabra.
"Querer" debiera haber sido suficiente esta noche. Pero no te gustó que mi opción fuera tan razonablemente buena. No te gustó que te diga que hacer y probablemente hayas tenido miedo de que verme implica exponerte a algo que, ya sabemos, vos no queres pensar.
Allá vos, con tus incoherencias, con tus planteos infantiles, con tus PARA QUÉ ridículos, y tus certezas bañadas de confusión.
Yo nunca negué quererte, nunca mentí y dije que me daba lo mismo. Siempre marcaste la diferencia. Y hoy me quede hasta las 6 de la mañana, esperando que mi celular suene y que me digas si nos veíamos o no.
Y no respondiste siquiera. No escuchaste mi mensaje. Ni siquiera te dignaste (por respeto) a emitir una respuesta.
Nunca vas a saber que hoy lloré cuando me quedé sola, esperando el colectivo. Nunca vas a saber que la rabia se apodero de mi garganta y me pregunté mirando el cielo para qué me habías vuelto hablar. Para qué me dijiste que querías verme... Nunca voy a confesar que la angustia me deja sin habla y que no quiero dormirme porque aun tengo alguna esperanza...
El último horario que dijiste fueron las 7... y por alguna cosa estoy segura que voy a mantenerme despierta hasta ver ese número clavado en el reloj, y entonces ahí, voy a irme a dormir...
Y cuando me despierte, voy a negarte que lloré, que te esperé, que sentí rabia y decepción. Voy a negar estas mismas palabras una y otra vez.... hasta secarme los labios....
Y no respondiste siquiera. No escuchaste mi mensaje. Ni siquiera te dignaste (por respeto) a emitir una respuesta.
Nunca vas a saber que hoy lloré cuando me quedé sola, esperando el colectivo. Nunca vas a saber que la rabia se apodero de mi garganta y me pregunté mirando el cielo para qué me habías vuelto hablar. Para qué me dijiste que querías verme... Nunca voy a confesar que la angustia me deja sin habla y que no quiero dormirme porque aun tengo alguna esperanza...
El último horario que dijiste fueron las 7... y por alguna cosa estoy segura que voy a mantenerme despierta hasta ver ese número clavado en el reloj, y entonces ahí, voy a irme a dormir...
Y cuando me despierte, voy a negarte que lloré, que te esperé, que sentí rabia y decepción. Voy a negar estas mismas palabras una y otra vez.... hasta secarme los labios....
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