viernes, 5 de mayo de 2017

#104 Incertidumbre

A estas alturas, podemos decir que me fui y volví de viaje varias veces.

Quizá por las partidas inesperadas que acontecieron en mi vida, los abandonos precipitados e inexplicables que se fueron sucediendo unos tras otros. Las pérdidas mas abstractas y aquellas que fueron tan tan reales que pude verlas ahí... delante de mi ojos, partiéndome al medio.
Quizá por eso, para mi, irme siempre fue un pequeño duelo. No importaba si solo era un corto viaje en auto o atravesaba el océano atlántico: cada una de las veces que emprendí un viaje, sentí que me iba a morir. Que no iba a volver.

Y en cierta forma, es verdad.

Con la escala aumentativa de los viajes y con mi propio crecimiento en la vida, cada viaje que hice fue una pequeña muerte. Solo para luego, renacer. Con otra forma, otros colores, otra perspectiva.

De chica, he viajado, a mi criterio, bastante. Conocí un puñado de ciudades en Argentina, Uruguay y Estados Unidos. Vi cosas únicas y bellas. De esas que te quitan el aliento y no podes entender cómo fueron creadas... Usualmente eran paisajes, creaciones naturales que el hombre jamás podrá igualar.

Y luego, un día llegó ese viaje a Pipa, en Brasil. Quizá para mis amigas eran solo unas vacaciones más, unos 10 días de liberarse de la ciudad de la furia y disfrutar la playa.
Para mi, que hace años me rondaba en la cabeza la idea de emigrar y viajar sola por el mundo, fue algo mucho mas grande.

En ese viaje aprendí que podía sola. Qué no era ni tan extraña, ni tan mala onda como me había figurado a mi misma en los años posteriores. Aprendí que cuando viajaba algo se despertaba en mi interior y ese algo, se sentía MUCHO como mi verdadero ser.

Probé cosas nuevas, afronté miedos y por momentos me animé a irme y seguir solo mis impulsos.

Cuando volví de ese viaje algo se había muerto en mi. Buenos Aires, ya no era mi ciudad. O quizá, yo no era la persona para Buenos Aires.

Continué mis ahorros y al año siguiente llegó el tan ansiado momento. Viajé sola por primera vez a Europa. Con la valija llena de miedos absurdos pero la certeza de que hacía lo correcto.
Me bastó subirme a ese avión para que mi alma desplegara sus alas y me bajé en Roma cansada pero con una sensación profunda de que ya había caminado esas calles.

Puede sonar tonto, pero cada ciudad que pisé, cada calle que caminé, siempre siempre sentí que era algo familiar. Nunca me perdí. Y cuando lo hice, siempre fue intencional.

Volver de ese viaje fue una muerte mas intensa que la anterior. Me costó reinsertarme en lo laboral, en las amistades, en la ciudad, en el espacio que había dejado al partir... Ya no quería perder de vista en quién me había convertido en ese último viaje. No quería dejar de hablar con gente desconocida y sentir que eran mis amigos 3 horas después. Ni dejar de hacer lo que sentía por lo que los demás pudieran pensar. Por que cuando viajas solo, aprendes que TODAS y cada una de las decisiones que tomes son tu responsabilidad. Que nadie esta esperando nada especial de vos, ni que tenes que esforzarte por encajar. La libertad que te invade, es algo ÚNICO.

Aunque lo intenté, no volví a trabajar en relación de dependencia. Y aunque aún a veces me cuesta admitirlo.. todos sabemos que no nací para un trabajo de 9 a 18. Puedo hacerlo, puedo incluso disfrutarlo como lo hice en el pasado. Pero mi alma, canta otra canción....

A partir de 2014, fui y vine varias veces a diferentes lugares. Conocí cientos de personas que viven viajando. Con diferentes objetivos, con diferentes razones. Todos con certezas grandes.

Hoy, a 11 días de iniciar mi tercer cruce al océano, siento un universo de sensaciones. Pero principalmente, estoy viviendo el duelo que implica irse sin tener fecha de regreso. Irse, sabiendo que si vuelvo - porque voy a volver - será parada en otro lugar. Muy lejos, del que me encuentro hoy.

Crecer, puede ser desgarrador. A veces crecemos antes de tiempo, a veces nos cuesta dejar atrás malos hábitos, a veces nos acomodamos demasiado bien a vivir fuera de nuestra área de confort...

"Hay que morir unas cuantas veces antes de poder vivir de verdad."
Charles Bukowski

2 comentarios:

  1. (L) Pararse frente al mundo, al sistema, abriendo caminos, haciéndole frente a los sacrificios para armar tu propia ruta... eso es digno de admiración. Sin olvidar la fuerza que tiene para "hacerte creer que hay una única callecita por transitar", una única forma, una única manera... descubrir y crear nuevas me deslumbra. De todas las veces que digas "voy a viajar", "voy a emprender esto", vas a tener mi apoyo! Sos valiente y fuerte para hacerle frente a esa presión de como tienen que ser las cosas. A disfrutar! Acompañandote en esos sueños since viajes en el 42 (L).

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    1. <3 te amo profundo, amigo del amor! gracias por ser parte de mi equipaje de mano en cada single step of the way!

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