
Ser invisible en algún punto puede ser una elección: Para sentirte mas segura, para evitar sufrir, para justificar algo.
Ser invisible se convierte en algo que de golpe queremos conseguir cuando lo contrario nos dejo de funcionar... o comenzó a funcionar de la manera incorrecta.
Me convertí en invisible cuando me desperté del sueño y me dí cuenta que ya no tenía nada de lo que creía real. Me desdibuje cuando comencé a mirar a mi alrededor.
Somos en tanto y en cuanto la mirada que nos devuelve el otro... y cuando el otro no nos registra dejamos de existir.
Cuando me ubique dentro de mi nuevo plano geográfico, cuando entre en sintonía con quien era y quien quería ser en esta parte de mi vida, me di cuenta que prefería mantenerme al margen de todo lo que estaba pasando allá fuera... Porque de alguna manera eso mantiene también a salvo mi persona. Mantenerme un poco al margen me da seguridad, me evita sufrir...
Por otro lado, este "no pertenecer" me lastima de cualquier manera... y no tengo una explicación para como debo reaccionar o como actuar.
Finalmente, me limito a existir cuando el otro nota mi existencia -salvo raras excepciones, que son las menos-. Y me quedo a un costado... sin contar, sin decir, sin sumar, sin explotar mi personalidad.. sin estallar mi efervescencia... Ya no tengo esa chispa que me caracterizaba... ya no soy la misma persona que estaba en lo mas alto del universo...
Estoy acá, en la tierra... con los pies un tanto hundidos en la arena... a fin de encontrar alguien que note mi presencia.
Que no cuenta ser la mejor elección, si nadie quiere tenerme.... que a quien le importa ser quien sea, si eso no me cambia ni un milímetro de mi existencia...
...(quieta como un calmo río... añorando una tormenta)...